JESUS
Y LA DENUNCIA DEL OPORTUNISMO
Reflexión
Sobre Mateo 23:1-12
La denuncia del
oportunismo, que caracterizaba la conducta de los fariseos, fue
una de las tareas ideológicas que Jesús de Nazaret y su
Movimiento emprendieron con mayor energía. El oportunismo
consiste en la búsqueda de privilegios a cambio de sacrificar
los principios y es un peligro permanente para las personas, los
movimientos sociales, los partidos políticos y naturalmente
para las iglesias.
Es por esta razón
que Jesús desenmascaró con mucha dureza la hipocresía
y doble moralidad de este grupo religioso. Era importante educar a
la militancia en el rechazo a este tipo de prácticas de
los fariseos, que únicamente beneficiaban a los sectores
dominantes y que confundían a la población y provocaban
la desmovilización social.
Los sectores populares
desconfiaban de los círculos religiosos debido precisamente a
la brecha existente entre lo que se predicaba y/o lo que se
practicaba. Jesús condenó fuertemente este divorcio
entre la palabra y la vida. Este texto nos revela parte de este
importante debate, el cual es muy ilustrativo para la vida de
nuestras organizaciones.
ELLOS
DICEN UNA COSA Y HACEN OTRA
Jesús fue enfático
al recomendar a sus seguidores, que había que relacionarse con
los fariseos, e incluso obedecerles, pero les advierte con
mucha precisión: "No sigan su ejemplo, porque
ellos dicen una cosa y hacen otra."
"Atan cargas tan
pesadas que es imposible soportarlas, y las echan sobre los hombros
de los demás, mientras que ellos mismos no quieren tocarlas ni
siquiera con un dedo." En nuestra experiencia como
organización muchas veces actuamos como los fariseos, nuestros
actos no son consecuentes con nuestras palabras. Nos quedamos
callados, nos escondemos, el temor nos domina, no nos atrevemos a
denunciar el pecado social: la injusticia, la pobreza, la exclusión
la corrupción. Nos volvemos cómplices de estructuras y
prácticas de dominación.
"Todo –les
reprocha Jesús- lo hacen para que la gente los vea." A
veces nuestras vidas personales y como organización, se
convierten en un espectáculo artístico, en una función
teatral, en un show para agradar a nuestros seguidores o para salir
en la foto de la portada del periódico. De esta forma le
rendimos tributo a los ídolos del poder y del dinero y
rechazamos al pueblo. Y como organización pasamos nuestra vida
actuando, desligados de la realidad; nos olvidamos con facilidad
de la vida y del sufrimiento de los pobres.
"Quieren tener
los mejores lugares en las comidas y los asientos de honor en los
encuentros." Los poderosos siempre usan a los oportunistas
para lograr sus fines. Y los dueños del poder real –económico,
político y mediático- se las ingenian para garantizar
que sus subalternos ocupen posiciones elevadas, aunque sin ningún
poder real. Los oportunistas son los empleados coloniales del
sistema, los sirvientes del imperio, los que justifican la opresión.
Es triste y vergonzoso ver cómo en nuestras organizaciones
llamadas revolucionarias existen dirigente que cumplen con este papel
de ser pilares de este sistema, defensores del capitalismo, y con el
mezquino propósito de lograr los "mejores lugares en
las comidas" se olvidan del mensaje de JESUCRISTO, EL CHE Y DE
CAMILO.
PARA
NUESTRO COMPROMISO...
"Sólo hay un
Maestro." Los camilistas solo tenemos un maestro: Jesús
de Nazaret, nuestro Señor Jesucristo. Él es la fuente
de nuestras enseñanzas, de nuestra forma de ver el mundo, de
nuestro estilo de vida, de nuestro compromiso con la paz y la
justicia social.
"El más
grande de entre ustedes debe servir a los demás." Los
fariseos se aprovechaban y se burlaban de los demás, de la
gente sencilla, del pueblo humilde; los insultaban, los oprimían.
Utilizaban sus conocimientos religiosos y académicos para
esconder la luz de la liberación, habían apagado su
corazón a la verdad. El mensaje de Jesús nos convoca a
solidarizarnos con los pobres, con los humillados, con los que
sufren.
"Porque el que a sí
mismo se engrandece, será humillado, y el que se humilla, será
engrandecido." Jesús tenía la certeza plena,
estaba seguro que todo el poderío exhibido por la potencia
imperial era transitorio, y que la lucha de los pueblos del mundo iba
a derrumbar el edificio imperial y reducir a cenizas el águila
romana.
En nuestras
organizaciones esta es una lectura que nos quema las manos y los
corazones, porque nos obliga a reflexionar que lejos estamos de ser
seguidores de Jesús, del che y de camilo, que grandes son los
desafíos para podernos llamar cristianos. Que nuestro Señor
Jesucristo nos dé la fuerza y la sabiduría para
seguirlo siempre y rechazar las migajas de los poderosos actuales.
Cualquier
parecido con la realidad es pura coincidencia…………att.
B
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