Para Conocimiento de la V Conferencia del Episcopado de Latinoamérica y del Caribe.
Apreciada, Brasil,2007
Tema:
"Discípulos y Misioneros de Jesucristo para que nuestros pueblos en Él tengan Vida. Yo Soy el Camino, la Verdad y la Vida (Jn 14,6)"
Habiéndonos convocado en este recinto para reflexionar y ubicarnos en esta nueva época con todos sus desconciertos......ciertamente debemos abrir los ojos y la razón, no sólo la nuestra, si no la de todos los fieles y de la opinión publica en general conformada por todos los hombres de buena voluntad para que asuman una posición critica ante los espeluznantes hechos que vienen ocurriendo a espaldas de la opinión publica con la complicidad o, para ser mas exactos, el silencio cómplice de todos los estamentos de la Sociedad: sociales, económicos, académicos, culturales, políticos y religiosos.
Muy distintos hubieran sido la orientación y el rumbo que tomaron la opinión pública y el electorado en la pasada contienda electoral para elegir dignatarios al Congreso y a la Primera Magistratura del Estado, si los conciudadanos hubieran sido informados por uno tan sólo de los lideres que agitaron los temas de la pasada Campaña Electoral en Colombia, sobre un hecho totalmente absurdo y aberrante:
Mientras gobiernos bien intencionados, que deseaban generar empleo y riqueza ante las crisis económicas que han afectado al país en los últimos decenios, insistieron en vano al Banco Emisor para que se hiciera emisión directa con tan loables fines y propósitos, la Junta Directiva del mismo Banco de la República, apegada a la ortodoxia monetarista, puso siempre oídos sordos a las insistentes demandas de tales dirigentes de estirpe socialdemócrata, acusándolos de populistas.
Sin embargo; ahora que el Gobierno Nacional en Colombia lo detenta un reconocido Neoliberal ultramontano, no puso objeción ni reparo alguno a las demandas en el mismo sentido, de hacer emisión directa en la escalofriante cuantía de Siete Billones de pesos ($ 7.000.000.000.000 ) . . . pero .... sólo para financiar la guerra!!.
Mientras tanto ese mismo gobierno en Colombia no quiere saber absolutamente nada y, mucho menos, reconocer las gigantescas dimensiones que a tomado la segunda crisis humanitaria del planeta que afecta hoy por hoy a más de cuatro y medio millones de desplazados, en su mayoría mujeres y niños que deambulan, sumidos en la miseria y muriéndose de hambre en las calles y periferias de mas de 60 poblaciones grandes y ciudades metropolitanas.
Y, como si fuera poco, esta situación de guerra, barbarie, hambre, desplazamiento y miseria que viven nuestros hermanos y que deja en pañales la que padecieron miles de cristianos bajo el imperio romano ha merecido hasta ahora al pueblo cristiano la más mínima inquietud..... seguimos contentándonos simplemente con deshacernos exclusivamente de lo que nos sobra; con esa falsa caridad que no es cristiana, sino romana; y, tolerando tales injusticias por parte de un gobierno de minorías injustas y corruptas que con su hipocresía y fariceismo adocenan, incluso, a los mismos lideres religiosos más reconocidos de nuestras indolentes comunidades, que mal se llaman así mismas cristianas.
Ante tan grave y catastrófica situación que debería concitarnos a lanzar las campanas al vuelo sin parar en todas las parroquias y centros de culto, durante un mes por lo menos, para alertar a todas la feligresía y a toda la ciudadanía en general para que se apresten a detener la conflagración engenista o genocida que se está propiciando desde hace lustros en nuestro país para sacar a los nativos y campesinos despavoridos de sus tierras y luego dejarlos morir de hambre, de enfermedad, de violencia callejera, sin techo y sin abrigo, en la periferia de nuestras poblaciones grandes y ciudades.
Y, en todo caso, bien lejos de nuestros confortables hogares, catedrales, iglesias y centros de culto religioso........
¿ Es así como se practica el Evangelio?
¿ Esas fueron las enseñanzas de Jesús el Cristo ?.
¿ Es esa la orientación de la Iglesia con Vaticano II en el excelso pontificado de su Santidad Juan XXIII ?
¿ En verdad creen nuestros pastores que la posición de la Iglesia en el mundo de hoy ante tan horrendos hechos que están sucediendo no solo en Colombia sino en otros países del Continente Africano, es enfrentar con posiciones tan indolentes, olímpicas, como la de otorgar en silencio tales posturas anticristianas?
¿ Dónde están los Prelados que en su gran mayoría vivían el espíritu del Concilio Vaticano II y el carisma de su Santidad Juan XXIII y que lo hacían resurgir bajo el papado de Su Santidad Juan Pablo II, en documentos Pontificios como Christi Fidelis Laici y Solicitudo Rei Socialis que señalan precisamente este tipo de Eugenismos o, formas disimuladas de matar millones de seres por hambre y miseria, después desplazarlos con violencia apoyados en decisiones económicas como la autorizada por la maligna Junta Directiva del Banco de la República de Colombia.
Este hecho absurdo no tiene parangón en la historia de naciones civilizadas y mucho menos cristianas y consagradas ‘Al Sagrado Corazón de Jesús ’.
Hermanos:
Ha resurgido de nuevo en nuestro medio el Imperio Romano con toda su barbarie, sus crímenes, su corrupción, su violencia y su régimen de terror....... Oh, paradoja, en nombre de la libertad, de la seguridad, de la democracia y de los principios cristianos; mientras en la práctica se pisotean los derechos humanos en perjuicio de las grandes mayorías y se pone la administración de la cosa pública y toda la riqueza que produce la Sociedad Colombiana al servicio exclusivo de los mismos reducidicimos sectores excluyentes de nuestra corrupta S(o)uciedad.
Nuestros prelados de la Comisión de Paz; y, de la magna Conferencia Episcopal Latinoamericana que con estos encuentros se está preparando, deben divulgar urbi et orbi estos nefandos hechos y convocar a todos los cristianos a enfrentarse a esta cruda realidad que hoy le toca padecer a millones y millones de nuestros hermanos colombianos de extracción nativa, mestiza, zamba, negra y mulata; lo que igual ocurre en algunos otros países del continente africano.
La invitación más fraternal es actuar con la orientación política que para estos casos extremos ha diseñado el mismo Magisterio de la Iglesia en, entre otros importantes documentos pontificios, Solicitudo Rei Socialis, cuando se refiere a los indeterminados Eugenismos o, formas económicas disimuladas de financiar la guerra con recursos, en cantidades verdaderamente exorbitantes, que nunca en la historia republicana de este país se le han asignado a la paz con progreso, desarrollo, empleo, producción agrícola, alimentaria y de materias primas para la industria y la explotación de bienes intermedios y para el Consumo, teniendo desocupadas o desiertas más de 40 millones de hectáreas en nuestro país y 200 millones en toda América Latina; en las cuales podrían sembrarse el progreso de nuestros pueblos y Naciones de esta América Latina, llamada irónicamente ´´ El Continente de la Esperanza ´´ ¿ para quien o quiénes? Cuando, desde la década de los 80s se cuentan por millones y millones los que han muerto de entre de nuestros hermanos, sin que nos haya merecido mayor preocupación tal eugenismo genocida desde entonces; ni como cristianos, ni mucho menos, como católicos.
Deberíamos tener en cuenta y no seguir olvidando que la civilización del amor y el aggiornamento a que nos convocara su Santidad Juan XXIII con el Concilio Vaticano II, nos señala que la verdadera dimensión de nuestra fe se proyecta en la responsabilidad de cada cristiano de ´´ jugarse ´´ la vida por los demás ´´ hermanos ´´
Esa es la expresión explícita del Documento Pontificio citado más arriba y que debería convertirse en el "ley motiv" de nuestra acción social y política en pro de nuestros hermanos sin discriminación alguna, en una sociedad convulsa y corrupta como la que de nuevo – como en la Roma de Nerón - nos ha tocado vivir en nuestra patria colombiana.
Apreciada, Brasil,2007
Tema:
"Discípulos y Misioneros de Jesucristo para que nuestros pueblos en Él tengan Vida. Yo Soy el Camino, la Verdad y la Vida (Jn 14,6)"
Habiéndonos convocado en este recinto para reflexionar y ubicarnos en esta nueva época con todos sus desconciertos......ciertamente debemos abrir los ojos y la razón, no sólo la nuestra, si no la de todos los fieles y de la opinión publica en general conformada por todos los hombres de buena voluntad para que asuman una posición critica ante los espeluznantes hechos que vienen ocurriendo a espaldas de la opinión publica con la complicidad o, para ser mas exactos, el silencio cómplice de todos los estamentos de la Sociedad: sociales, económicos, académicos, culturales, políticos y religiosos.
Muy distintos hubieran sido la orientación y el rumbo que tomaron la opinión pública y el electorado en la pasada contienda electoral para elegir dignatarios al Congreso y a la Primera Magistratura del Estado, si los conciudadanos hubieran sido informados por uno tan sólo de los lideres que agitaron los temas de la pasada Campaña Electoral en Colombia, sobre un hecho totalmente absurdo y aberrante:
Mientras gobiernos bien intencionados, que deseaban generar empleo y riqueza ante las crisis económicas que han afectado al país en los últimos decenios, insistieron en vano al Banco Emisor para que se hiciera emisión directa con tan loables fines y propósitos, la Junta Directiva del mismo Banco de la República, apegada a la ortodoxia monetarista, puso siempre oídos sordos a las insistentes demandas de tales dirigentes de estirpe socialdemócrata, acusándolos de populistas.
Sin embargo; ahora que el Gobierno Nacional en Colombia lo detenta un reconocido Neoliberal ultramontano, no puso objeción ni reparo alguno a las demandas en el mismo sentido, de hacer emisión directa en la escalofriante cuantía de Siete Billones de pesos ($ 7.000.000.000.000 ) . . . pero .... sólo para financiar la guerra!!.
Mientras tanto ese mismo gobierno en Colombia no quiere saber absolutamente nada y, mucho menos, reconocer las gigantescas dimensiones que a tomado la segunda crisis humanitaria del planeta que afecta hoy por hoy a más de cuatro y medio millones de desplazados, en su mayoría mujeres y niños que deambulan, sumidos en la miseria y muriéndose de hambre en las calles y periferias de mas de 60 poblaciones grandes y ciudades metropolitanas.
Y, como si fuera poco, esta situación de guerra, barbarie, hambre, desplazamiento y miseria que viven nuestros hermanos y que deja en pañales la que padecieron miles de cristianos bajo el imperio romano ha merecido hasta ahora al pueblo cristiano la más mínima inquietud..... seguimos contentándonos simplemente con deshacernos exclusivamente de lo que nos sobra; con esa falsa caridad que no es cristiana, sino romana; y, tolerando tales injusticias por parte de un gobierno de minorías injustas y corruptas que con su hipocresía y fariceismo adocenan, incluso, a los mismos lideres religiosos más reconocidos de nuestras indolentes comunidades, que mal se llaman así mismas cristianas.
Ante tan grave y catastrófica situación que debería concitarnos a lanzar las campanas al vuelo sin parar en todas las parroquias y centros de culto, durante un mes por lo menos, para alertar a todas la feligresía y a toda la ciudadanía en general para que se apresten a detener la conflagración engenista o genocida que se está propiciando desde hace lustros en nuestro país para sacar a los nativos y campesinos despavoridos de sus tierras y luego dejarlos morir de hambre, de enfermedad, de violencia callejera, sin techo y sin abrigo, en la periferia de nuestras poblaciones grandes y ciudades.
Y, en todo caso, bien lejos de nuestros confortables hogares, catedrales, iglesias y centros de culto religioso........
¿ Es así como se practica el Evangelio?
¿ Esas fueron las enseñanzas de Jesús el Cristo ?.
¿ Es esa la orientación de la Iglesia con Vaticano II en el excelso pontificado de su Santidad Juan XXIII ?
¿ En verdad creen nuestros pastores que la posición de la Iglesia en el mundo de hoy ante tan horrendos hechos que están sucediendo no solo en Colombia sino en otros países del Continente Africano, es enfrentar con posiciones tan indolentes, olímpicas, como la de otorgar en silencio tales posturas anticristianas?
¿ Dónde están los Prelados que en su gran mayoría vivían el espíritu del Concilio Vaticano II y el carisma de su Santidad Juan XXIII y que lo hacían resurgir bajo el papado de Su Santidad Juan Pablo II, en documentos Pontificios como Christi Fidelis Laici y Solicitudo Rei Socialis que señalan precisamente este tipo de Eugenismos o, formas disimuladas de matar millones de seres por hambre y miseria, después desplazarlos con violencia apoyados en decisiones económicas como la autorizada por la maligna Junta Directiva del Banco de la República de Colombia.
Este hecho absurdo no tiene parangón en la historia de naciones civilizadas y mucho menos cristianas y consagradas ‘Al Sagrado Corazón de Jesús ’.
Hermanos:
Ha resurgido de nuevo en nuestro medio el Imperio Romano con toda su barbarie, sus crímenes, su corrupción, su violencia y su régimen de terror....... Oh, paradoja, en nombre de la libertad, de la seguridad, de la democracia y de los principios cristianos; mientras en la práctica se pisotean los derechos humanos en perjuicio de las grandes mayorías y se pone la administración de la cosa pública y toda la riqueza que produce la Sociedad Colombiana al servicio exclusivo de los mismos reducidicimos sectores excluyentes de nuestra corrupta S(o)uciedad.
Nuestros prelados de la Comisión de Paz; y, de la magna Conferencia Episcopal Latinoamericana que con estos encuentros se está preparando, deben divulgar urbi et orbi estos nefandos hechos y convocar a todos los cristianos a enfrentarse a esta cruda realidad que hoy le toca padecer a millones y millones de nuestros hermanos colombianos de extracción nativa, mestiza, zamba, negra y mulata; lo que igual ocurre en algunos otros países del continente africano.
La invitación más fraternal es actuar con la orientación política que para estos casos extremos ha diseñado el mismo Magisterio de la Iglesia en, entre otros importantes documentos pontificios, Solicitudo Rei Socialis, cuando se refiere a los indeterminados Eugenismos o, formas económicas disimuladas de financiar la guerra con recursos, en cantidades verdaderamente exorbitantes, que nunca en la historia republicana de este país se le han asignado a la paz con progreso, desarrollo, empleo, producción agrícola, alimentaria y de materias primas para la industria y la explotación de bienes intermedios y para el Consumo, teniendo desocupadas o desiertas más de 40 millones de hectáreas en nuestro país y 200 millones en toda América Latina; en las cuales podrían sembrarse el progreso de nuestros pueblos y Naciones de esta América Latina, llamada irónicamente ´´ El Continente de la Esperanza ´´ ¿ para quien o quiénes? Cuando, desde la década de los 80s se cuentan por millones y millones los que han muerto de entre de nuestros hermanos, sin que nos haya merecido mayor preocupación tal eugenismo genocida desde entonces; ni como cristianos, ni mucho menos, como católicos.
Deberíamos tener en cuenta y no seguir olvidando que la civilización del amor y el aggiornamento a que nos convocara su Santidad Juan XXIII con el Concilio Vaticano II, nos señala que la verdadera dimensión de nuestra fe se proyecta en la responsabilidad de cada cristiano de ´´ jugarse ´´ la vida por los demás ´´ hermanos ´´
Esa es la expresión explícita del Documento Pontificio citado más arriba y que debería convertirse en el "ley motiv" de nuestra acción social y política en pro de nuestros hermanos sin discriminación alguna, en una sociedad convulsa y corrupta como la que de nuevo – como en la Roma de Nerón - nos ha tocado vivir en nuestra patria colombiana.
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