Miércoles, 04 de Enero de 2012 17:27
Edgar Rubio Palencia
El Socialismo
Hoy, a la luz de las experiencias acumuladas por nuestros pueblos en su lucha por la liberación, surge entonces el programa de medicina integral comunitaria, bajo los principios del socialismo.
El Cardiológico Infantil, programa bandera de la salud para nuestro pueblo
Tribuna Popular TP/OPINIÓN.- Cuando Colón arribó a playas americanas por allá en 1492, en sus tres carabelas, la Pinta, la Niña y la Santa María, ya en Europa se escribía sobre Socialismo. Tomás Moro, en Utopía, explicaba: "Si no se suprime la propiedad privada, no es posible distribuir las cosas con criterio equitativo ni proceder acertadamente en los asuntos humanos". Recomendaba, además, la jornada laboral de 6 horas. Tomás Campanella, en La Ciudad del Sol, impugnaba la riqueza y también la pobreza. Proponía la jornada de trabajo de 4 horas.
Por los años de la revolución francesa, Saint-Simon, Fourier y Robert Owen también proponían el socialismo; Owen, empresario y filántropo, fue el más adelantado: llevó el socialismo a sus empresas, y por supuesto, fracasó.
Hacia 1848, Marx y Engels convirtieron el socialismo en ciencia y lo entregaron al proletariado, como instrumento ideológico para derrocar el poder de la burguesía, eliminar la sociedad de clases y liberar a la humanidad de todo tipo de explotación.
En 1917, Vladimir Ilich Ulianov, Lenin, al frente del proletariado ruso y con un partido comunista cohesionado y fuerte, derroca el poder de la burguesía e instaura el primer estado socialista en la historia de la humanidad. En 1922, los proletarios rusos crean la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, liquidan el analfabetismo, acaban con las hambrunas, toman la ciencia y la tecnología en sus manos, y derrotan la embestida de la burguesía mundial. Floreció un Estado proletario que encabezó la lucha contra el fascismo y fue factor decisivo en la derrota de éste en la II guerra mundial, colocó el primer satélite en órbita de la tierra, envió al espacio al primer cosmonauta (Yuri Gagarin) y fue solidario con las luchas de los pueblos del mundo.
En 1959, el pueblo cubano dirigido por Fidel derrocó la dictadura sanguinaria y proyanqui de Fulgencio Baptista. En 1962, declaró el carácter socialista de la revolución. La jauría imperialista cayó sobre el archipiélago, y fue derrotada militarmente en Playa Girón. Desde entonces, los cubanos han sufrido un bloqueo inclemente, bestial e inhumano. Pero este pueblo heroico con sus dirigentes a la vanguardia, ha sabido "bloquear al bloqueo": derrotó el analfabetismo, el hambre y el desempleo, y ha elevado el papel de la ciencia, la tecnología y la cultura, a niveles poco conocidos por la mayoría de los pueblos latinoamericanos.
En Venezuela, el poder popular, la ciencia y la tecnología en manos del pueblo soberano, el internacionalismo proletario, la solidaridad, la fraternidad y la amistad, es decir, el socialismo, ha hecho posible el surgimiento de un nuevo tipo de enseñanza: por primera vez en la historia de la humanidad, un programa de formación de grado en medicina integral comunitaria, permite formar médicos y médicas en las parroquias, rompiendo con la burocracia y los estereotipos que la propiedad privada acumuló durante centurias para asegurarse la dependencia de la intelectualidad (en este caso médica) a sus intereses. Este debe ser el camino hacia una verdadera revolución en la medicina, y por lo tanto hacia un mundo que permita dar salud a todos sus habitantes.
El capitalismo jamás podrá resolver este problema. Recordemos que en 1978, la OMS y la UNICEF, convocaron un congreso mundial bajo el lema "Salud para todos en el año 2000". Esta estrategia sería posible sólo si los Estados se colocaban bajo la égida del nuevo orden económico internacional y la definición de salud de la OMS. En 1991, ante el fracaso de ese congreso, la OMS convocó una conferencia sobre promoción de la salud y "entornos propicios para la salud". Allí se reconoció que "millones de personas viven en extrema pobreza y en un ambiente perjudicial para la salud; 1000 millones de personas no tienen acceso a los centros de salud y existen 800 millones de hambrientos en el mundo", y que por lo tanto, era bastante improbable lograr el objetivo de salud para todos en el 2000.
Hoy, a la luz de las experiencias acumuladas por nuestros pueblos en su lucha por la liberación, surge entonces el programa de medicina integral comunitaria, bajo los principios del socialismo. Pero sobre este programa se cierne la amenaza de la contrarrevolución, a través de las universidades de la burguesía, autónomas y experimentales, y el CNU, que pretenden engullirlo e incorporarlo como una carrera más a su academia.
La revolución bolivariana debe mantenerlo en sus manos. Tal como lo idearon los pueblos de Cuba y Venezuela, y los comandantes Fidel Castro y Hugo Chávez Frías.
Pues, como ha quedado demostrado históricamente, sólo en el socialismo la humanidad podrá alcanzar su desarrollo integral, y gozar plenamente de sus derechos. Entre ellos, la salud.
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