Honduras
Toda la táctica dilatoria del imperialismo y sus secuaces hondureños es vista con un gesto de suficiencia y de lironda satisfacción. La negativa del congreso de restitución del presidente Zelaya no por esperada, deja de ser una reafirmación más de cerrar con tapia la posibilidad de cambiar y al contrario el lineamiento de línea dura ahonda las divergencias irreconciliables entre la burguesía y el pueblo hondureño. Están seguros y confiados en que la fuerza bruta decidirá la contienda. La necesidad de darle matices de verosimilitud (no les interesa la verdad, sino la apariencia de verdad) “democrática” a nivel internacional, es suficiente para el imperialismo. Los resultados concretos se lucen como trofeos de guerra, son resultado de la astucia y sagacidad, han burlado los esfuerzos de la Resistencia Nacional Popular en Honduras y han neutralizado a la OEA y al mundo en general. Se han impuesto…¿cómo siempre…?
Ahora necesitan que surja de manera espontánea y por lo tanto irreflexiva la aparición de grupos armados, si no aparecen el imperio los creará, para consumar los lineamientos completos del guión contrarrevolucionario. Aplicarán la receta de Colombia con variaciones y enriquecimientos de su experiencia mundial en otros y numerosos escenarios, no serán avaros en escatimar los medios, recursos y arsenales de cuanta mentira y maldades son inventores, creadores y de las que tienen patentes consagradas por la historia.
Todo lo planificado tuvo que ser adaptado a las circunstancias que no se tuvieron en cuenta: La capacidad y perseverancia de lucha del pueblo hondureño y la protesta internacional. Ante la segunda, movieron la ficha precisa, el inefable Arias corifeo de las argucias diplomáticas. Pero eso no desmovilizaba a las masas hondureñas. Pusieron en acción las represiones generalizadas, las muertes selectivas de dirigentes populares, pero nada, no lograron atemorizar al pueblo hondureño. Al temor hay que darle un ayudante extraordinario y es la mentira, la distorsión de la realidad para distraer, confundir, para restarle capacidad de lucha. Hay que poner en acción la infiltración dentro del movimiento. Hay que crear quintas columnas para que marquen un rumbo equivocado de la lucha, hay en definitiva “que quemar sus casas, sus colchones, para que nunca, nunca más, digan, no estoy conforme”. Como no pueden calcar Cartago, Numancia, Mazada, Guernica, Lídice, Sabra, Shatila, El Mozote, El aromo, Gaza; aplicarán diferentes gradaciones sincréticas de las mismas en Honduras.
Pero esos planes “inteligentes” de la bestia imperialista, fracasarán debido a circunstancias no cuantificables. Los imponderables como el honor, la valentía, el patriotismo, no son mensurables como categorías en los planes del imperio. Tienen un factor físico que no lo pueden controlar, el tiempo, que ineluctable cuenta en contra del imperio.
En el fondo toda la estrategia y táctica de sus planes obedece a la apreciación superficial y abstracta de que la riqueza se genera en el terreno de la circulación y no de la producción, olvidan que las crisis políticas no son más que un reflejo, en última instancia de la pobreza de las masas que no tienen capacidad de compra de sus productos mercancías; la visión ideal –invertida de la realidad--.cual alegoría platónica, les es suficiente. Y por eso fracasan y fracasarán
2009-12-03.
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