por Lyndon H. LaRouche 23 de enero de 2008 Introducción La desquiciada decisión que tomó Estados Unidos la semana pasada, de lanzar un paquete para "estimular" su economía, ha embarcado al país en su nueva trayectoria actual: la de una crisis de desintegración económica hiperinflacionaria. Ésta es una crisis cuyos efectos, a menos que se les dé marcha atrás muy pronto con las medidas que especifiqué recientemente, con toda seguridad irradiarán a nivel mundial, y casi con certeza pronto arrastrarán a todo el planeta a una "nueva edad de las tinieblas", comparable a la que desataron en el siglo 14 la notoria casa Bardi y otras firmas bancarias lombardas del sistema medieval veneciano. Yo había expresado públicamente el temor en varias ocasiones desde los hechos de 1968, de que, de no revocarse, los cambios en las políticas monetarias, financieras y económicas de EU y otras naciones, emprendidos sucesivamente por la combinación de la abolición del sistema de tipos de c